Siente a su corazón igual que aquel membrillo que sostiene entre sus manos: terco e incapaz de resignarse a ser cortado en pequeños pedazos.
Sin embargo, es la llama que cuece a fuego lento el almíbar, la que aviva la promesa dulce de que luego aquellos trozos vuelvan a unirse y se transformen en algo distinto: un dulce perfumado y apetitoso con pretensiones de otras bocas, otras manos y besos nuevos.
Ingredientes:
- 1 kg de membrillos pelados.
- 750 gr de azúcar.
- 350 cc de agua.
Lavamos y pelamos los membrillos, les quitamos las semillas y los cortamos en cubos.
En una olla colocamos el azúcar junto con 350 cc de agua para hacer el almíbar. Dejamos que hierva por 5 minutos y agregamos la fruta.
Continuamos cocinando a fuego suave hasta que los membrillos estén tiernos y el almíbar espesa.
Envasamos en caliente en frascos esterilizados.
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